lunes, 21 de mayo de 2012



instrumentos


















ARPA LLANERA: Instrumento típico para la interpretación del Joropo en los Llanos de Colombia. 




BANDOLA: Instrumento de cuerdas pulsadas, con una plumilla. Su función es la de llevar la melodía. Se emplea en los conjuntos llamados “estudiantinas”. 
 
CARANGANO: Instrumento típico del Departamento del Huila, trozo de guadua de uno a dos metros, con unas cuerdas sacadas de la misma corteza levantadas sobre dos cuñas en las extremidades las cuales se golpean con uno o dos palillos. 
 
CUATRO: Instrumento de cuatro cuerdas. Se toca generalmente rasgueando. Su oficio rítmico y armónico es el que permite acompañamiento en los Joropos y danzas de los llanos de Colombia. 
 

CUNUNO: Tambor cónico del litoral pacífico, con membrana y fondo cerrado. Difiere del cununo del Atlántico que es de fondo abierto pero con la misma estructura del cununo del Pacífico. Se distingue el cununo macho (más grande), del cununo hembra (más pequeño).

 
CHIRIMIA: Instrumento de madera parecido al clarinete y de sonido chillón. Se acompaña de un tambor. La chirimía instrumento en vías de extinción, sólo sobrevive en algunos pueblos de Antioquia. En el Cauca se denomina “chirimía” a la flauta traversa. 
 
 
ESTERILLA: Conjunto de diez o doce tubos de caña anudados unos a otros y de igual tamaño. A lado y lado de la esterilla se engarzan los demás medios de ambas manos, se frotan los canutillos entre las manos produciéndose un chasquido por la fricción de los tubos. 
 
FLAUTA DE MILLO: Flauta fabricada en caña de millo. Tiene cuatro orificios tonales con una lengüeta en uno de los extremos de la flauta. Este es un instrumento característico en la interpretación de la Cumbia. 
 
GUACHARACA: Variedad de raspa. Instrumento característico en los grupos musicales del Cesar y Magdalena. Hay guacharaca de caña y guacharaca de calabazo. Su nombre se deriva de un ave del Magdalena, cuyo granizo se imita en el instrumento. Forma parte en los conjuntos vallenatos. 
 
GUASA: Instrumento típico del litoral Pacífico, construido con guadua de 40 a 60 cms. de largo por 6 a 8 de diámetro, va cerrado en un extremo de la nudosidad propia del canuto y por el otro con una tapa de la misma caña. Contiene semillas o piedras pequeñas. Se toca diagonalmente. 
 

MARACAS: Instrumento construido con recipientes parciales como de calabazos o totumas que contiene semillas, piedras o frutos secos. Las totumas o calabazos se clavan a un mango, que se agita para acompañar ritmos populares. Las maracas se conocen también con el nombre de chuchos. En los llanos se les denomina “capachos”. 
 
MARIMBA: Instrumento típico de la costa del pacífico, construido con cañutos de guadua cortados de mayor a menor colgados en forma vertical y cubiertos por tablillas de chontaduro, que se golpean con palos protegidos con bolas de caucho. 
 

 REQUINTO: Tiple pequeño de doce cuerdas en cuatro órdenes. Se toca al punteo con la uña o una plumilla, reemplazando la bandola, o como en Santander que desplazó al tiple. 
 
RONDADOR: Antiguo instrumento hecho de tubos de caña, con tamaños que van de mayor a menor entrelazados. En Cundinamarca, Santander, Tolima y Huila recibe el nombre de “capador” en Boyacá de “chiflo”. 
 
TIPLE: Instrumento característico de la región Andina o de las cordilleras colombianas. Consta de doce cuerdas en cuatro órdenes triples. Es el instrumento más apropiado para acompañar bambucos, torbellinos y guabinas, las cuerdas se tocan con las uñas, una plumilla o con las yemas de los dedos. 





TRAJES TIPICOS


REGIÓN ANDINA

El traje típico utilizado en el Sanjuanero, baile típico huilense es para las mujeres: una blusa blanca y en corte bandeja, rodeada por arandelas, elaborada en randas y encajes, adornadas con aplicaciones de lentejuela, con un ajuste entallado y cremallera atrás.

La falda es elaborada con satines de colores subidos, tiene decoraciones florales pintadas al óleo o de flores troqueladas de seda y vuelos en rondas que armoniza con los de la blusa, su largo es a media pierna y su ancho es de ruedo y medio.

Bajo la falda está la enagua o pollerín, primordial para la ejecución de varios pasos y figuras. Tiene tres vueltos, el más amplio lleva varias arandelas de encaje. El adorno de la cabeza se elabora con flores artificiales que juegan con el diseño del color en las aplicadas o pintadas en la falda; se coloca sobre la moña o trenza en la parte posterior de la cabeza o se luce sobre el lado derecho.

El traje masculino es más sencillo, pero de igual importancia: Sombrero elaborado a mano, camisa con cuello abierto, botonera adelante centrada, originalmente blanca, rizada en la pechera y decorada con lentejuelas y encajes; el pantalón es de prenses en color blanco o negro. Los accesorios del traje los comprenden el rabo de gallo o pañuelo de seda o satín rojo y el cinturón de cuero.

La guabina es otro de los bailes típicos de la región Andina, cuyo traje es el característico de cualquier campesino de las regiones de la Cordillera Oriental, preferiblemente el de la provincia de Vélez en Santander, en donde se conserva en la mejor y más auténtica de sus manifestaciones. Pero para la Guabina Chiquinquireña se deben adoptar, naturalmente, los trajes de los Campesinos de Boyacá.

A los campesinos santandereanos se les caracterizaba por vestir con: sombreros de paja pintados de blanco y negro y cintas de colores, cuentas de vidrio adornando el pecho de las muchachas mestizas de Pamplona y Vélez; la camisa con bordadas arandelas; las enaguas que bajan desde el talle; los pañuelos colgados sobre los hombros; los pañolones rojos, de hilo, con dibujos blancos, y las demás prendas de vestido usuales de las mujeres.

En cuanto al campesino boyacense, el hombre lleva pantalón de dril, camisa de tela de algodón, sombrero de tapia pisada y ruana de lana; y la mujer viste con falda de tela de algodón, con amplios vuelos, blusa de algodón con bordados, pañolón, sombrero de tapia pisada o de paja de esparto y alpargatas blancas, atadas con un pasamano negro.

Así mismo, la típica bogotana vestía de pañolón y falda de colores, blusa blanca con cuello cerrado y alpargatas.

Ya en la zona rural del Eje Cafetero, la mujer dedicada a recolectar el café es llamada "chapolera", cuyo vestido consiste en una blusa blanca de manga larga y cuello alto, abotonada en la espalda y adornada en la parte anterior, el cuello y las mangas con franjas y letines; la falda es amplia, de tela estampada con flores pequeñas de diversos colores y con bolero en la parte inferior, delantal blanco con letines sobre la falda y alpargatas. Otra de las características es el cesto para recolectar el café y el sombreo para ocultarse del sol durante esta actividad. El cabello se adorna con flores naturales.

Mientras el hombre es llamado "arriero", queriendo definir a quien dirige el conjunto de mulas y caballos utilizados para transportar el café, además de telas, cobijas, mantas, herramientas y utensilios. Este vestuario es el que generalmente representa la parte rural de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío. Característico entre sus accesorios está su carriel.

Usa pantalón de dril remangado a la rodilla, camisa estampada, pañuelo rabo de gallo amarrado al cuello, alpargatas y sombrero de fique o paño; se complementa con un poncho sobre los hombros y un machete atado a la cintura y un carriel.


REGIÓN DE LA ORINOQUÍA

                                                                                                              

Debido a la circunstancia del ambiente, a las formas de trabajo (vaquería, montar a caballo), su música, sus leyendas, su vivienda, el llanero utiliza un traje fresco, liviano y sencillo. A través del tiempo han existido diferentes tipos de trajes por la presencia de culturas foráneos y los avances en los tejidos, pero actualmente es como se describe al comienzo.
El vestido con el que se baila el joropo (danza tradicional llanera) es en la mujer una falda ancha de pisos que cae al tobillo en la que se gastan siete varas de tela de fondo claro o rojo y con flores, sobre la costura de cada piso lleva ojalón (cinta). Se utiliza enagua y combinación ancha. La blusa de manga tres cuartos, cuello alto, adornado con cintas y botonadura atrás en el mismo color de la falda, enterizo (pegado falda y blusa), cotiza de suela y lazos de cinta que adornan la cabeza. Hoy, se usa la misma falda pero en el borde lleva encaje ancho y va a media pierna; blusa blanca con escote, arandela y manga corta. La mujer llanera prefiere llevar el cabello suelto con un cayeno.

El hombre en un comienzo usaba pantalón blanco remangado a media pierna (para cruzar el río), camisa blanca o roja sin cuello. También pantalón negro con camisa blanca. En algunas ocasiones usaban vestidos completos color kaqui, camisa que bajaba suelta por encima del pantalón. Usaba sombrero alón prefiriendo el peloeguama por lo pesado para garantizar que en la carrera del caballo o zapateo no se caiga, es de color negro o araguato.


REGIÓN CARIBE

El vestuario que se utiliza en la región del Caribe, es en su gran mayoría ropa suave y fresca, propicia para clima cálido y húmedo. En el caso del hombre, combina las camisas de telas que resaltan en colores alegres y pantalón de lino. A su vez, muchos de ellos gustan de los sombreros "vueltiaos", muy populares en los sabanales de los departamentos de Córdoba, Sucre, Magdalena y Bolívar.

Por su parte, en el departamento de Bolívar la vestimenta a nivel folclórico es pantalón blanco, camisa blanca, mochila san jacintera, sombrero vueltiao y abarcas para los hombres y faldas amplias en las mujeres. Diferente al de la zona urbana que está muy influenciada por las modas del momento.

Uno de los bailes típicos de la Costa caribeña es el Mapalé, tonada alegre que se baila en Cartagena y otros pueblos de la Costa. Este como la mayoría de los bailes colombianos, se realiza en parejas y exige mucha habilidad de parte de los danzantes.

En el departamento de La Guajira habitan los Wayuu, uno de los grupos indígenas que todavía conservan su folclor, entre ellas, su vestido. Las mujeres Wayuu llevan una hermosa manta acompañada de unas particulares sandalias, con borlas de lana de diferente tamaño según el rango social.
Los elementos del hombre son un original wayuco con su faja bien elegante y en la cabeza un casquete o carracha tejido con colorido y termina en una pluma de pavo real, casi siempre permanece descalzo.


AMAZONÍA
 

En esta región la mujer utiliza una falda a media pierna florida y blusa blanca con cinturones indígenas y collares indígenas.
Los hombres se visten con trajes de pescador, pantalones blancos y camisa de color también con collares indígenas. Aunque ahora por lo general no se conserva el estilo indígena.
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REGIÓN PACIFICA

En la Costa Pacífica colombiana subsisten aún entre las comunidades negras numerosas tradiciones culturales de origen africano que impregnan el modo de ser y la vida diaria en sitios como Tumaco. Entre estas, su traje juega un papel importante dentro de sus folclor autóctono, aunque por lo general estas regiones son bastante pobres y por ende, su vestuario.

Pero cuando de recordar su tradición se trata, presenta a la mujer con un vestuario muy colorido, elaborado en telas suaves (seda blanca, amarilla, rosada, etc), adornado con figuras de hilo que le dan aspecto florido y en hilos dorados. Las faldas llegan hasta los tobillos y sus vivos colores resaltan su piel negra. Esto para las ocasiones en que se danza una jota, una juga o una polka.

Lo mismo ocurre en el vestuario del hombre, compuesto por camisas de seda blanca con manga larga y pantalón en dril blanco; zapatillas o alpargatas de igual color, elaboradas con cabuya, fique o tela gruesa.
Así mismo, el vestuario de Valle, Cauca y Nariño, se caracteriza por ser bastante informal, con ropa para los climas templados y cálidos por lo general. La mujer lleva blusas o camisas de lino o seda con colores pasteles, y predominio de las minifaldas. En la ciudad de Cali y poblaciones vecinas cuya temperatura es promedia a los 26 grados, las mujeres no acostumbran a usar medias veladas.

El vestuario del hombre es también informal. Utiliza mucho la camisa de manga corta en telas suaves y pantalón de lino. En Nariño el clima es frío por lo general, puesto que dicha zona se encuentra en su gran mayoría ubicada en zona montañosa de la Cordillera Central. Por lo tanto, el uso de ropa de lana y en ocasiones, ruanas es muy común entre sus habitantes.


POESIA
Alvaro Mutis colombia tiene una rica tradición poética pero también un interesante presente. La revista digital de cultura Babab comenta algo que parece muy preciso: Colombia es el país del mundo donde más gusta escuchar poesía. Puede ser que no sea la nación donde más se lee o donde se venden más libros, pero los colombianos aman escuchar recitales poéticos.
Tal vez por eso, el país alberga a dos de los principales eventos de la poesía en lengua hispana: el Festival Internacional de Poesía de Medellín (que el año pasado contó con la presencia de cerca de ochenta poetas de todo el mundo) y el Festival Hispanoamericano de Poesía de Bogotá. En cada edición de estos acontecimientos, centenares de escritores logran encontrarse con sus lectores.
La historia de la poesía colombiana, como en cualquier nación, ha estado marcada por diversos movimientos. En ese sentido podemos destacar al costumbrismo, con autores como Jorge Isaacs y Rafael Pomboque intentaron reflexionar sobre los rasgos generales de la cultura local.
Más adelante se desarrolló la corriente de los nuevos o los novísimos, que respondió con ironía a la tradición del romanticismo y del costumbrismo. Aquí se destacaron poetas como Porfirio Barba Jacob y Tomás Carrasquilla, entre otros.
Otros movimientos importantes en la historia poética de Colombia fueronPiedra y Cielo (Eduardo Carranza, Jorge Rojas), el nadaísmo (Gonzalo Arango) y la generación del llamado Boom de la Literatura Latinoamericana(con Álvaro Mutis como estandarte poético y el Nobel Gabriel García Márquezcomo referente en cuanto a la literatura en general).
Por último, cabe destacar que el Ministerio de Cultura de Colombia otorgó elPremio Nacional de Poesía 2007 a Fernando Herrera Gómez, gracias a su libre “Breviario de Santana”.
Estos son algunos poemas de grandes escritores colombianos:
“Decíamos ayer”, de Rafael Pombo
“El corazón rebosante”, de Porfirio Barba Jacob
“Galope súbito”, de Eduardo Carranza
“Revolución”, de Gonzalo Arango
“Sonata”, de Álvaro Mutis


MITOS Y LEYENDAS

LA MADREMONTE
Toda vestida de hojas y de líquenes, vive en la profundidad de los bosques. La cabellera, víctima de soles y lunas, le oculta el rostro. Ese es su enigma: podemos escuchar el grito de fiera entre los árboles, ver la silueta que se pierde en la espesura, pero nadie ha visto nunca su rostro cubierto de musgo y sombra.
La Madremonte ama las grandes piedras de los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos. Algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos en las tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.

Como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta los periodos de celo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio. Por eso, odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan los recintos secretos de las montañas.

Cuando la Madremonte está poseída de furia, se transforma: los ojos despiden candela y con las manos de puro hueso, se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces, los vientos y las tormentas. Los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrasan las cosechas y el ganado. Todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y los astros.

LA PATASOLA.
Enemiga de los hombres, acosada por una culpa antigua, poseída del horror de su propia apariencia, jamás se detiene en su vértigo de odio y espanto. Allí va con los ojos tortuosos y lejanos y el cabello enredado de lianas. Dando saltos con la pata de oso desaparece de la espesura.

Compañera de los tigres y las arañas, trasnochada por la pena de un amor desorbitado, la Patasola odia el agua, los cielos azules y la salida del sol. Su reino pertenece a los crepúsculos y a las noches tenebrosas de los montes. Aunque algunas veces, cuando olvida el dolor, canta o espera la aparición de la luna sobre el copo de los árboles.

Tiene el poder de la metamorfosis: cambia de mujer horrible, de dientes felinos y ojos abultados a muchacha bella, insinuante como un espejismo entre los árboles. Así atrae a los hombres y a los caminantes desprevenidos. Así los devora totalmente en la selva.

LA MADRE DE AGUA.
Es un ser anfibio que prefiere vivir la mayor parte del tiempo bajo el agua. Allí como una ninfa acuática, apoyada en un bastón de coral, desteje la red de su amargura. Con la mirada perdida busca a su joven amante indio, al hijo que fuera arrojado a la corriente por el abuelo español que nunca aprobó su amor por el aborigen.

Madre del río, pequeña sonámbula de los silenciosos arrecifes, además de su inclinación por la transparencia, las nubes y los pájaros, la Madre de Agua desea a los niños. Con sonidos de caracol, con mensajes de mariposa de cristal, con ramos de flores blancas que alumbran en recámaras de sílice, los atrae hasta el borde del río. Aquellos que han visto los visajes del rostro en los espejos del agua, enferman y sin poder olvidar corren al abismo en busca de los cabellos de oro y del espejismo de la cantora de ojos azules.

EL HOJARASQUÍN DEL MONTE.
Se alimenta de flores y de bayas doradas de los bosques. Tiene tronco de guayacán con cabeza de hombre cubierta de chamizos y salvajina, se ocupa de cuidar el bosque y los animales selváticos. Atento al chillido de las golondrinas en los farallones del río, sabe cuando se acerca el depredador de la flora y cuando debe auxiliar al sabanero, anhelante víctima de los perros del cazador. Amante de los vuelos, el Hojarasquín algunas veces se cansa de ser árbol y entonces disputa con los loros, intenta saltar con los venados en las tardes de sol.

Los campesinos saben de estos movimientos por la algarabía de los arrendajos y pájaros tijeras, por la inmensa batahola de los samanes con el viento. Amo de las hojas y el rumor de las aves en las montañas, el Hojarasquín muere cuando hay talas o destrucción de los montes. En forma de tronco seco, permanece oculto hasta cuando resurge la floresta.

LA LLORONA.
Entre los cafetales y los yarumos, en las noches de luna llena, se escucha el grito de la Llorona. De rostro cadavérico, cubierta de harapos pringados por la lluvia y el sol, la Llorona alguna vez fue una mujer hermosa de ojos audaces que enloquecía a los hombres de los pueblos. Ahora, desprovista de esplendor, deambula sin sosiego por las veredas, atormentada por la culpa del crimen y los delirios de una madre que cree llevar entre los brazos a un niño imposible.

Jamás cesa en su canto fúnebre; aunque, intente olvidarlo, atraída por el silencio de las cañadas, por el tejido invisible de las mariposas en el aire de los ríos. Algunas noches, incluso lo intenta, rodando las ventanas de las aldeas. Allí se detiene, perdida en el dolor y la sombra, mientras escucha las guitarras, las voces que con aroma de aguardiente y tabaco ahuyentan el alba.
LA CANDILEJA.
Mártir de la violencia, la Candileja es el espectro de una mujer asesinada en el Valle de las Tristezas. Dicen que fue quemada viva con los hijos dentro de su casa. Desde entonces, convertida en fuego frecuenta los lugares en ruinas, las crecientes de los ríos y los caminos solitarios. Aparece en el alba cuando aún el gallo no ha cantado y como un meteoro se estrella con los cercos, se agita en el copo de los árboles o se echa a rodar por los pastos.
La Candileja, sin embargo, espanta a los caballos y los jinetes que se aventuran en la noche. Inicia las quemas de los bosques: Grandes incendios, grandes sequías, precipita su presencia de llama en los tiempos en que se aviva su dolor. Por eso los hombres le temen. Saben que ni los rezos ni las bendiciones ahuyentan su furia.

EL SOMBRERÓN.
Su leyenda es tan antigua, que algunos lo consideran el espanto más viejo del departamento de Antioquia, en el noroeste de Colombia. 

Es un hombre corpulento, que se hace acompañar de dos perros negros, agarrados por gruesas cadenas, y que monta una mula, también negra. Unos dicen que el sombrero lo cubre entero; otros, que no tanto: que bajos sus alas se puede ver que tiene una calavera por cabeza.
Fue famoso en Medellín en 1837 cuando recorría todas sus calles vestido de ruana negra, sombrero grande y montado en una mula negra. Perseguía a los borrachos y trasnochadores diciéndoles: "si te alcanzo te pongo este sombrero". Aparecía los viernes de cuaresma y cabalgaba con un par de perros encadenados. El Sombrerón fue el espanto propio de Medellín.

EL ESPANTO DE LA CALLE DEL MIADERO


Se trata de una sombra larga que hacía señas con manos y cabeza en ademán de llamar y llevaba la cara cubierta con una máscara blanca en la cual se distinguían, pintados de negro, ojo, nariz y dientes en forma de calavera, que asustaba a las personas que pasaban por esta calle. Este espanto desapareció una vez que lo descubrieron… Era una mujer celosa que seguía a su marido para saber sus andanzas.

Comida colombiana, platos típicos y estilos modernos

AJIACO BOGOTÁ

  LECHONA TOLIMA - HUILA
MONDONGO BOGOTÁ
PIPITORIA DE CHIVO SANTANDER 
SANCOCHO DE GALLINA CUNDINAMARCA
ARROZ CON POLLO 

 

CALDO DE COSTILLA CUNDINAMARCA
CHAMPUS VALLUNO
VALLE DEL CAUCA 
BANDEJA PAISA ZONA CAFETERA 

 
CAZUELA DE MARISCOS COSTA PACÍFICA  
TERNERA A LA LLANERA LLANOS ORIENTALES

UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE COLOMBIA
Límites territoriales de Colombia - Ubicacion geografica de ColombiaEl territorio continental de la República de Colombia se encuentra ubicado en la esquina noroccidente de América del Sur,  sobre la línea ecuatorial, en plena zona tórrida.  A pesar que la mayor parte de su  extensión, se encuentren en el hemisferio norte, Colombia es equidistante con los dos extremos del continente Americano.

Por el Norte, Colombia llega hasta los12°26’46’’ de latitud norte en el sitio denominado Punta Gallinas en la península de la Guajira, que a su vez, constituye el extremo septentrional del continente surámericano.

Por el sur, el territorio llega hasta los 4°12’30’’de latitud sur, en el sitio donde la quebradaSan Antonio vierte sus aguas al caudaloso río Amazonas.

El extremo Oriental se localiza a los 60°50’54’’de longitud oeste de Greenwich, sobre la isla de San José en el río Negro (En Colombia denominado río Guainía), frente a la Piedra del Cocuy, límite común entre las repúblicas de Colombia, Brasil y Venezuela.

Por el Occidente llega hasta los 79°02’33’’ de longitud oeste de Greenwich, que corresponden al Cabo Manglares en la desembocadura del río Mira en el Océano Pacífico.

El territorio colombiano, también comprende el archipiélago de San Andrés yProvidencia, diseminados en el mar Caribe entre los 12° y 16°30’ de latitud norte, y los78° y 82° de longitud oeste de Greenwich, cuyas islas principales son las de San Andrés,Providencia y Santa Catalina. Adicionalmente, en el Caribe se localizan cerca del litoral, la isla Fuerte y los archipiélagos de San Bernardo y del Rosario; así como las de Barú yTierrabomba, próximas a Cartagena, las cuales se encuentran unidas al continente.

Por su parte, en el Océano Pacífico se encuentra la isla de Malpelo a los 3°58’ de latitud norte y 81°35’ de longitud oeste, así como, las islas Gorgona y Gorronilla más próximas a la línea costera.

 DANZAS TÍPICAS DE COLOMBIA


 

ABOZAO

Danza y ritmo tipico de la región del Chocó, se origina en la cuenca del río Atrato, subregión del Chocó, al occidente de Colombia, como expresión danzaria preferencialmente instrumental, y hace parte del repertorio festivo cuya ejecución se hace con Chirimía. La coreografía se plantea como un juego de incitaciones mutuas entre el hombre y la mujer, en cada pareja, terminando con un careo de acento erótico. El ritmo fuerte y variado de 2x4, revela su ascendiente africano.
Es un baile de pareja suelta con movimientos libres e individuales, sin planigrafía definida; tampoco tiene figuras preestablecidas ni hay coordinación de movimientos corporales, éstos se presentan espontáneamente, destacando el movimiento de las caderas, hombros y rodillas, con inclinaciones y rotaciones del cuerpo, vueltas y giros rápidos. Las parejas tienden a mantenerse frente a frente, aunque de vez en cuando los hombres dan un rodeo a su pareja, sin apartar la mirada de los movimientos corporales de la mujer. Como el contenido es acentuadamente erótico, todos los gestos son incitantes y provocativos. Sobre este baile los grupos de proyección han presentado formas coreográficas con base en círculos, filas o hilas, conservando los movimientos característicos y exagerando tanto su significado sexual que a veces llegan a la pornografía

BUNDE

Danza religiosa que se ofrece a los santos cuya coreografía difiere del currulao a pesar de ser interpretado por los mismos instrumentos.
Como ritmo musical esta muy extendido entre las comunidades afrocolombianas del litoral Pacífico, con un posible ascendiente en Sierra Leona (África). Tiene carácter de canción lúdica y difiere, en grado menor, de la forma de canto empleado en los velorios de los niños. En este sentido es una expresión de los ritos fúnebres y, a la vez, una forma de canto inserto en el ámbito de las rondas y juegos infantiles que ejecutan los chiquillos en el patio de la casa mientras los adultos se ocupan del rito mortuorio propiamente dicho.
En la interpretación del bunde se emplean únicamente los tambores, que registran una métrica pausada. Los cantos, en coro, se alternan con los toques del tambor en aquellas ocasiones en que se trata de una celebración; en caso contrario, las voces no intervienen. Numerosas canciones del repertorio del litoral, que son cantos de folclor lúdico o rondas de juego, se bautizan con el nombre de bundes, tales como "El chocolate", "El punto", "El trapicherito", "El florón", "El pelusa", "Jugar con mi tía", "Adiós tía Coti" y "El laurel".

CADERONA

Ritmo canto y baile cuya coreografía es una supervivencia de los antiguos landós, vacunaos, o danza de vientre acostumbrados por los esclavos africanos. Se interpreta con los mismos instrumentos de las danzas anteriores.

CURRULAO

Es la danza patrón de las comunidades afrocolombianas del litoral Pacífico. Presenta características que sintetizan las herencias africanas de los esclavizados traídos en la época colonial para las labores de minería adelantadas en las cuencas de los ríos del occidente del territorio. En la ejecución del currulao es posible aún observar características propias de un rito sacramental impregnado de fuerza ancestral y de contenido mágico.
El currulao es un baile de pareja suelta, de temática amorosa y de naturaleza ritual. Los movimientos de los danzarines son ágiles y vigorosos; en el hombre adquieren por momentos una gran fuerza, sin desmedro de la armonía. La mujer perpetúa una actitud sosegada ante los anhelos de su compañero, quien busca enamorarla con flirteos, zapateados, flexiones, abaniqueos y los chasquidos de su pañuelo. La coreografía se desarrolla con base en dos desplazamientos simultáneos: uno de rotación circular y otro de translación lateral, formando círculos pequeños, los que a su vez configuran un ocho. Las figuras que predominan son la confrontación en cuadrillas, avances y retrocesos en corredor, cruces de los bailarines, giros, saltos y movimientos del pañuelo.
La danza adquiere gran belleza plástica mediante la concreción de variados elementos, como la esbeltez de hombres y mujeres, la seriedad ritual de los rostros, el juego con los pañuelos y la gracia de las actitudes, que son reforzadas con gesticulaciones, jadeos y giros. Como danza patrón, el currulao presenta variadas modificaciones regionales denominadas berejú, patacoré, juga, bámbara negra y caderona.

LA JOTA

 Siendo la "Jota" un baile muy popular en las provincias españolas de Aragón y Valencia, quedó muy poco de ella al convertirse en un ritmo criollo de sabor negroide. Del ritmo vivo y fiestero de la "jota aragonés", se pasó a un ritmo emparentado con el toque del currulao. En ella la melodía pierde casi todo el relieve sonoro y el "canto" propiamente dicho, transformándose en una secuencia para ser bailada con pleno dominio de los tambores.
Existe diversidad de variantes: condoteña, careada, cruzada y sangrienta; todas estas mantienen una estructura básica común, pero se diferencian en su contenido argumental. La sangrienta, por ejemplo, es un cuadro dramático que gira en torno al duelo de dos enamorados por ganar los afectos de la misma mujer. La careada, por su parte, describe los recursos que emplean los pretendientes para enamorar a su pareja.

MAZURCA

Ritmo, canto y danza del litoral pacífico, cuyo origen se remonta a las fiestas de los esclavos en época colonial, con un marco coreográfico de especial relieve por la sofisticación y elegancia con que se ejecuta la danza. Se acompaña de de marimba de chonta, cununos (macho y hembra), bombo y guasas instrumentos estos últimos interpretados por las mujeres quienes a su vez hacen la parte cantada. La música y los coros tienen tienen un cierto tono de lamento. Los pasos y desplazamientos de la danza constituyen un juego amoroso manifestado por el pañuelo que portan los bailarines.

MOÑA

Danza de relación es decir que se alterna la danza con canto o recitado de coplas, se ejecuta tanto en la zona andina como en el litoral pacífico con diferente música e instrumental.

EL PIZON

Ritmo que pertenece al repertorio tradicional del Litoral Pacífico sur, que toma el ritmo del currulao y la juga, pero dando un verdadero canto de laboreo. Esta danza es una verdadera reivindicación del campesino, quien después de una ardua labor, y al caer la noche expresa su sentir, combinando en forma melodiosa música, voces y movimiento

BULLERENGUE

Esta danza tipica colombiana es efectuada sólo por mujeres. Es quizás uno de los bailes en los cuales se destaca con mayor fuerza la ascendencia africana. Ésta se pone en evidencia en los tambores, el palmoteo y el canto coral que acompaña su ejecución. Al parecer, surgió como una reacción cultural dentro del contexto ceremonial de las comunidades cimarronas, probablemente en el Palenque de San Basilio. En esencia es una danza ritual que se realiza de manera especial cuando las jóvenes llegan a la pubertad. El bullerengue simboliza la fecundidad femenina, aunque no se descarta que también en tiempos coloniales haya tenido connotaciones fúnebres.
Su radio de difusión es muy amplio. Posiblemente partió del Palenque de San Basilio y se extendió luego a otros municipios del litoral Caribe donde la concentración de la población afrocolombiana es muy alta. En dichos lugares se sustituyó el batir de palmas por el choque de tablas de madera y se varió la temática ritual por una de contenido amoroso. La danza se transformó en parranda callejera, bailada por una pareja

CUMBIA

Este baile tipico es considerado uno de los mas representativos del folklor colombiano. Al parecer, la cumbia surgió durante la colonia en Cartagena con ocasión de las fiestas de La Candelaria, celebradas por los esclavistas españoles el 2 de febrero, junto al cerro de La Popa. Rápidamente se dispersó por otros lugares del litoral Caribe y conquistó las riberas del río Magdalena y el norte de Antioquia. Hoy en día se considera la danza más importante de la costa norte de Colombia.
En sus orígenes, la cumbia es de ascendencia africana; en ella se distinguen atributos de una ceremonia erótica que la acredita como una danza ritual. Con el transcurrir del tiempo, y por la constante interacción con la población indígena, esta danza sagrada se adaptó a espacios profanos, incorporándose así a todas las festividades de la región. Sus gestos describen un coloquio amoroso entre hombres y mujeres. Hoy en día este baile representa tanto a la población de origen africano, como a la indígena de la región.

FAROTAS

Es una danza satírica de Carnaval de origen colonial, que se conserva en Talaigua y en varios pueblos de la depresión momposina.
Versiones recientes contradicen la versión original que hacía referencia a la manera como los hombres decidieron protestar, disfrazándose de mujeres, por la forma como estas se entregaban al amor de los españoles a cambio de regalos. Los danzantes son 17 en total y uno de ellos hace el papel de mamá alcahueta o celestina, pues la sátira no está dirigida al colonizador, sino a sus propias mujeres, que despreciaban a los indígenas por el hombre español.

GARABATO

La danza del garabato representa la lucha del bien y el mal, de la vida y la muerte. La muerte, personaje central, entra en escena y con su guadaña va eliminando uno por uno a los danzantes, hasta que al final la fuerza del espíritu carnavalero la derrota, pues todos resucitan y continúan bailando. 
Tiene posible vestigios agrarios por la utilización del “garabato” que utilizan los campesinos en el desmonte. Observa casi las mismas características coreográficas y jerárquicas de las danzas de congo, diferenciándose en el vestuario del hombre que no, lleva turbante y tampoco lleva la comparsa de animales con sus máscaras.

EL SERE SE-SE

Este Baile es tipico de mineros afrodescendientes de la región de Zaragoza (Antioquia). Al parecer fue asimilado de las danzas del litoral Caribe por esclavizados que se extenuaban en los socavones del oro en el norte de Antioquia durante la época colonial. Su temática describe el trabajo en las minas de aluvión.
En su interpretación hombres y mujeres utilizan sus trajes tradicionales de laboreo y van provistos de antorchas encendidas. Los oficiantes se ubican en fila para ilustrar, mediante la pantomima descriptiva, el final de la jornada de trabajo. En este baile se representan diferentes escenas entra las cuales se destacan las etapas de búsqueda, zarandeo, berequeada, lavada y llevada a las bateas del metal precioso. El cuadro de costumbres concluye con eróticos movimientos y acercamientos del vientre.

EL MAPALE

Baile de marcada ascendencia africana propio del litoral Caribe. Fue introducido en tiempos pretéritos a lo largo de las orillas del río Magdalena por pescadores de un teleósteo denominado mapalé. En sus orígenes fue una danza de labor ejecutada en las noches y amenizada con toques de tambores yamaró y quitambre, las palmas de las manos y el canto. Con posterioridad se produjo una transformación de su temática, atribuyéndole un énfasis de regocijo con carácter sexual y asignándole la evolución frenética que hoy presenta. La coreografía actual mantiene rasgos de su esencia africana en la parafernalia, tanto en el vestuario, que es en extremo sencillo, como en la presencia del machete, instrumento de trabajo utilizado para el procesamiento del pescado.
El mapalé es una danza de pareja suelta. Se baila con pasos cortos, ritmo acelerado y palmoteo constante de los bailarines. Las rutinas se inician con la formación de dos filas individuales una frente a la otra, por parte de hombres y mujeres, para efectuar avances hacia delante y hacia atrás. Continúa con posturas de exhibición libres e individuales de los hombres con el propósito de agradar a sus parejas, quienes se turnan para corresponder los enfrentamientos. Los movimientos son frenéticos y con un alto contenido de erotismo. Los de las mujeres son un tanto diferentes y se destacan por ser más excitantes y eróticos.

 BAMBUCO

Ritmo característico de la zona andina colombiana, cuyo origen se ha localizado en el departamento del Cauca, a mediados del siglo XVIII, en el ambiento de los esclavos traídos de África. El bambuco viejo, que hoy se toca y se baila en el litoral Pacífico, es una supervivencia de él. Desde fines del siglo XIX, por efecto de la labor reformadora de Pedro Morales Pino, el bambuco asumió el metro de 3 por 4, que hoy es el preferido por muchos compositores. Con el correr del tiempo, el bambuco fue adquiriendo peculiaridades propias de cada región: en el Huila es por ejemplo el rajaleña, en Nariño la guaneña o el son sureño y en Antioquia es el compromiso de dos voces recias con estilo propio. Es la danza de mayor dispersión en el país y por lo tanto en una época se consideró como la más representativa de lo colombiano. La pareja se mueve siempre en ademanes serenos e insinuantes y el hombre la persigue con timidez y la mujer responde con ingenuos coqueteos.

PASILLO

Nació a mediados del siglo XIX en la atmósfera galante del vals del cual se derivó. El pasillo se bailaba en campos y ciudades y no podía faltar en el repertorio de las bandas de música. El pasillo popular tiene tres partes: una introducción que se repite; una segunda parte en la cual la melodía adquiere pleno desarrollo y una tercera que es conclusiva y suele repetirse en la ejecución.

SAN JUANERO Y RAJALEÑA

Se considera como Bambuco y se reviste de movimientos un tanto teatrales, que se encuentran en el énfasis dado al vuelo de las faldas, la excesiva flexión de los pies al dar el "salto" al estilo can-can por parte de las mujeres, la realzada expresión de esas en busca de figuración escénica y actitudes no tradicionales que los hombres hacen con el sombrero. Influencia rítmica de la zona de los llanos orientales y se  presenta en la región ganadera del Tolima y Huila se celebran de San Juan y San Pedro.
Variante del rajaleña del Huila que, a ritmo de bambuco, tipifica la música fiestera tradicional de las celebraciones de San Juan, de San Pedro y San Pablo y otras conmemoraciones en el Gran Tolima. Los rajaleñas se distinguen por las coplas llenas de humor, picaresca y erotismo. El bambuco sanjuanero y el rajaleña se bailan con el paso del bambuco. El rajaleña tiene su ritual para la ejecución: el canto es a dos voces, que dialogan con



 Artesanías de Colombia
Noviembre de 2006
Cerca de un millón de colombianos viven de forma directa o indirecta del sector de la artesanía, particularmente dinámico en el país. Este sector, que contribuye notablemente a la economía nacional, cuenta con unos 350.000 artesanos, de los cuales aproximadamente el 60% procede de zonas rurales y de comunidades indígenas, y el 65% son mujeres. La riqueza y la diversidad de la artesanía colombiana fueron objeto de una exposición sin precedentes en la sede de la OMPI del 25 de septiembre al 12 de octubre, que organizaron de forma conjunta la OMPI y el Gobierno de Colombia.
Las piezas expuestas procedían de la colección de Artesanías de Colombia, entidad gubernamental dedicada al fomento y el desarrollo del sector artesanal en el país. El Gobierno colombiano anima a los artesanos a servirse del sistema de propiedad intelectual para proteger sus creaciones y obtener una remuneración equitativa por sus esfuerzos, así como para preservar el patrimonio nacional del país para las generaciones futuras.
Al inaugurar la exposición, la Sra. Clemencia Forero Ucros, Embajadora y Representante Permanente de Colombia ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, describió la artesanía colombiana como la máxima representación de la cultura, la idiosincrasia y el folclore del país. Asimismo, resaltó la importancia para un país como Colombia de "trabajar en estrecha colaboración con la OMPI para proteger sus expresiones culturales".En la exposición pudieron admirarse piezas de joyería, plata, cestería, tapicería, y cerámica, así como máscaras de madera y artículos tejidos a mano, confeccionados en diversas regiones y por numerosos grupos indígenas. Debido a la falta de espacio, sólo pudieron mostrarse ejemplos de tres de estas formas artesanales tradicionales.
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EL PATRIMONIO DE LOS ZENÚES
El sombrero "vueltiao", uno de los símbolos más conocidos y populares de Colombia, es la pieza de artesanía colombiana por excelencia. Los sombreros son obra de los indígenas zenúes, que emplean colores, diseños y técnicas de tejido tradicionales que se remontan a más de mil años. Los zenúes aplican un complejo método tradicional para transformar la fibra natural de caña flecha en unas fibras blancas y negras que, a continuación, tejen formando dibujos que representan elementos totémicos de la cultura zenú. Estos tienen nombres tradicionales, como el corazón del abanico, la flor del cocodrilo, etc. Hoy en día, los zenúes emplean estas técnicas tradicionales para elaborar toda una gama de artículos para la casa.
Un diseño wayúu en una hamaca tejida a mano en el más puro estilo tradicional.(Photo OMPI/Mercedes Martínez Dozal)
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EL TEJIDO DE LA ARAÑA
Las mujeres de la comunidad indígena wayúu, de la península de La Guajira, en la frontera entre Colombia y Venezuela, aseguran que fue Waleker (la araña) quien les enseñó a tejer. Los secretos de sus técnicas de tejido tradicionales forman parte de los ritos de iniciación a los que se someten las adolescentes al hacerse mujeres. Los intrincados kanás (diseños) tejidos a mano son una manifestación ancestral del arte wayúu y representan elementos presentes en la estructura matriarcal de su sociedad, su entorno y su vida diaria.
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BARNIZ DE PASTO – LA RESINA DEL MOPA-MOPA
La comunidad indígena del Departamento de Nariño (Colombia) desarrolló una técnica para extraer la resina del árbol mopa-mopa, que calientan y tiñen con tintes vegetales para obtener finas láminas. A continuación, aplican estas laminillas a la superficie de objetos de madera, componiendo bellos dibujos. Esta técnica milenaria, conocida como Barniz de Pasto, se ha conservado hasta nuestros días y se usa para realizar modernos dibujos en bandejas y platos, jarrones, cajas y otros objetos. Esta técnica requiere una gran habilidad, ya que los fragmentos coloreados deben colocarse cuidadosamente en la superficie de madera para dar la consistencia y el tono deseados a los dibujos.

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LA CERÁMICA DE LA CHAMBA
Caballo y jinete es una pieza de cerámica negra realizada por Eduardo Sandoval mediante las técnicas tradicionales de la comunidad de La Chamba, que él aprendió de su abuelo. Los alfareros de La Chamba confeccionan piezas de cerámica negra o roja, que pulen frotándolas con ágatas y cantos rodados. El Sr. Sandoval aprendió estas técnicas de niño; después, estudió bellas artes, pintura y escultura. Recibe regularmente arcilla de La Chamba en su estudio de Bogotá y combina las técnicas aprendidas en su juventud con su formación académica para crear obras únicas, que le han valido el reconocimiento local.